martes, 2 de diciembre de 2014

Leyes de la conciencia

La vida es un misterio donde extinción y evolución parecen acompasar las pulsaciones –diastólicas y sistólicas– del Cosmos.
Desde el inicio de los tiempos, esa entidad subjetiva y autónoma –la conciencia–, empuja a las formas a la evolución mediante las inexorables “etapas vitales” (nacimiento, limitación, expansión, crisis, liberación y muerte).
Hemos descifrado el mundo sub-atómico, el atómico y el molecular; son tiempos de estudiar científicamente “el alambique”, por el cual, esa “prima energía” arriba a las realidades humanas: “la conciencia”.
¿Cómo emerge un Mandela, un Ghandi, una nueva especie, una idea, un sistema político, etcétera?
Supongamos que los seres humanos “aprendiéramos a manejar la mente y los deseos a voluntad” despreocupándonos de considerar nuestros estadíos evolutivos, y sólo pretendiéramos “lograr una vida satisfactoria”. Aún así, sería propicio preguntarse: ¿Cómo entendemos “una vida satisfactoria”?, ¿la satisfacción de mi tribu, de mis dominios, de mis intereses individuales, del bien común?
Es evidente, carecemos de un saber integrador de la evolución humana. Las “verdades a medias” pueden resultar laderas de riesgosas consecuencias. Alcanzar una teoría sobre cómo operan las fuerzas subjetivas de la evolución, en esta instancia de la humanidad, resultaría condición necesaria para su viabilidad.
Muchos de nosotros, al escuchar los progresos en el campo de las ciencias, nos preguntamos: ¿Cómo se relacionan “tan asombrosos conocimientos” con mis problemas laborales, familiares, existencia cotidiana?
Entender a la conciencia como “el alambique” en el cual se produce “la retorta” que da por resultado todas las realidades –individuales, sociales y planetarias– cambiará radicalmente nuestra percepción, comprensión y experiencias de la vida en general. Avancemos en la audacia.
Al mapear los procesos evolutivos en las formas observé “tres movimientos de la energía” que emergían como indisolubles y permanentes; los tres serían uno: el poder creador de la conciencia.
Estos movimientos y “sus procesos” resultarían observables, y por lo tanto, pasibles de estudio científico. A éstos movimientos los nominé: “leyes primordiales de la conciencia”. Seguramente, a medida que progresemos en “especulación y praxis sobre la conciencia”, el abanico de hipótesis, teorías, leyes y conceptos se ampliarán, profundizarán y complejizarán (1)

(1)Texto del libro EL PODER CREADOR DE LA CONCIENCIA, Margarita Llada.
CAPÍTULO VIII, SABIDURÍA DE LA CONCIENCIA
LEYES PRIMORDIALES DE LA CONCIENCIA: LA DANZA CÓSMICA

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